BURSITIS ALREDEDOR DE LA RODILLA
¿Qué es una bursitis? ¿Y qué es una bursa?
Una bursitis, como su nombre indica, es una inflamación de una bursa. Las bursas, que se encuentran por todo el cuerpo, son sacos muy pequeños (dos láminas y mínimo líquido en su interior) y habitualmente no son visibles salvo que se llenen de líquido. Se encuentran en zonas donde los tendones pasan cerca de prominencias óseas y su función es la de facilitar el movimiento y reducir la fricción entre tendones y hueso, pero también con la piel, favoreciendo el almohadillado de diferentes superficies óseas como en el codo, rótula…
De forma global, en la rodilla encontramos 6 bursas: en la cara anterior se encuentran la suprapatelar, la prepatelar y las infrapatelares (profunda y superficial o pretibial); en la cara medial se encuentra la bursa subsartorial o bursa anserina y en la cara posterior la bursa del semimembranoso.
Las más sintomáticas son la bursa prerrotuliana, la infrarrotuliana superficial o pretibial (que cuando se inflama se denomina “bursitis de la beata”) y la bursa anserina (que da lugar a la típica “tendinitis o bursitis de la pata de ganso”) y la bursa del semimembranoso (que también se denomina quiste de Baker), una entidad que se ve con frecuencia en las pruebas de imagen y que puede estar como una bursitis o quiste independiente de la articulación de la rodilla o estar en comunicación con la rodilla en forma de ganglión o quiste lo que sucede en el 50% de los pacientes.

Causas. No todo es mecánico…
Las bursitis de rodilla puede ser secundarias a causas mecánicas o no mecánicas:
- Causas mecánicas: son aquellas relacionadas con el movimiento.
- Sobreuso: debido a la repetición de movimientos, sobrecarga de las articulaciones, traumatismos y microtraumatismos repetitivos.
- Presión mantenida: como arrodillarse en distintos deportes o actividades laborales que hagan que se inflame nuestra “almohadilla natural”.
- Traumatismo directo: un golpe fuerte puede inflamar la bursa y llenarla de líquido sinovial o puede romper algunos vasos sanguíneos y llenarla de sangre.
- Causas no mecánicas (inflamatorias o infecciosas):
- Infección: por bacterias cutáneas que penetran por una laceración de la piel e infectan y llenan de pus la bursa.
- Inflamación secundaria a enfermedades reumatológicas: que pueden afectar a las bursas o microcristales como los de urato monosódico en el contexto de pacientes que padecen enfermedad de Gota.
Existen factores de riesgo que predisponen a esta patología:
- Arrodillarse por largos periodos de tiempo: personas que trabajan sobre sus rodillas por largos periodos de tiempo (ensoladores, limpiadores de alfombras, jardineros, electricistas…) presentan mayor riesgo de desarrollo de esta patología.
- Actividad deportiva: por traumas directos y caídas frecuentes (como la lucha libre, fútbol, voleibol o baloncesto) o por microtraumatismos repetidos (como corredores de larga distancia).
- Obesidad y artrosis: muy típico el desarrollo de bursitis anserina (de la pata de ganso) asociado a mujeres obesas o con artrosis de rodilla.
Síntomas de la bursitis de rodilla
Los síntomas aparecen de forma progresiva, en forma de dolor progresivo, tumefacción y enrojecimiento de la zona anatómica de la rodilla en la que se encuentre la bursa afectada.
A la palpación se aprecia hinchazón y sensibilidad sobre la bursa, así como aumento de temperatura, originando dolor al caminar o si se apoya sobre la bursa afectada. Si presenta severo dolor y fiebre puede sospecharse una bursitis infectada, habitualmente por la penetración de bacterias desde la piel secundario a pequeñas heridas cutáneas. Si ocurre tras un traumatismo, puede verse una hemorragia en su interior por rotura de microvasos, dando lugar a una bursitis hemorrágica.
Otros síntomas comunes de la bursitis de la rodilla son dolor al realizar flexión o extensión de la articulación, cojera, rigidez de la zona y limitación del movimiento.

Diagnóstico. Historia clínica y Ecografía!!!!
La historia clínica y la exploración física son suficientes para el diagnóstico.
La ecografía es una prueba fundamental para confirmación diagnóstica (principalmente en bursas profundas como la infrarrotuliana profunda o la bursa del semimembranoso), evaluar el contenido líquido que presenta (líquido sinovial, hemorragia, infección…) o valorar lesiones asociadas (tendinitis …).
En ocasiones, se precisará una aspiración diagnóstica ecoguiada del contenido bursal para su análisis macroscópico y microscópico y evaluar la causa que ha originado la inflamación de la bursa, especialmente útil si se sospecha infección o gota.
Tratamiento. Esperar… y sino mejora drenar guiado por Eco!
Las bursitis con frecuencia mejoran con del tiempo, principalmente corrigiendo las causas que la originaron, tanto deportivas, laborales como las enfermedades generales (gota y reumatismos). Algo distinto ocurre cuando la causa de bursitis es una infección, en la cual sin tratamiento adecuado cursará con la formación de pus que se extenderá desde la bursa, a las zonas cotiguas y a distancia pudiendo convertirse en una enfermedad grave en pacientes principalmente inmunodeprimidos o diabéticos.
Siempre se realizará tratamiento sintomático mediante hielo y antiinflamatorios, así como medidas compresivas (rodilleras), en ocasiones y en función de la causa de la bursitis.
Con frecuencia utilizaremos terapias invasivas ecoguiadas, que consisten principalmente en la aspiración del líquido bursal (que podemos analizar si sospechamos infección o gota) y la inyección de corticoesteroides para reducir de forma rápida la inflamación. Tanto la aspiración como la inyección de corticoides producen un alivio casi inmediato y son altamente eficaces para el tratamiento de esta patología.
Posteriormente, tras evaluar las causas, se realizarán terapias a cargo del fisioterapeuta que contribuirán tanto al alivio sintomático (como terapia Indiba Activ®…) como a la corrección de las causas que lo originaron (fortalecer musculatura, flexibilización…)
El uso de protectores de rodilla como almohadillados en los casos en los que sea la presión mantenida el origen de esta patología son fundamentales para evitar recaídas.
La intervención quirúrgica se reserva en los casos excepcionales de bursitis crónica severa o recurrente y que no responden a otros tratamientos. Se procederá en estos casos a la extirpación de la bursa. También en caso de infección es muy probable que, si no funcionan las aspiraciones repetidas, se tenga que drenar de forma abierta y extirpar la bursa infectada.
En Osium Trauma y Synergia somos especialistas en Ecografía MSK de Alta Resolución y Terapias Invasivas Ecoguiadas lo que nos permite un diagnóstico precoz y un tratamiento más preciso de tu bursitis de rodilla.