Fractura de húmero

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Fractura de húmero

FRACTURA DE HÚMERO

¿Qué es una fractura diafisaria de húmero?

 Las fracturas de la diáfisis humeral (zona media) constituyen el 3-5% de todas las fracturas, con una distribución bimodal: jóvenes, por mecanismos de alta energía y mayores, por mecanismos de baja energía debido a la osteoporosis. 

El tratamiento de estas fracturas depende del grado de desplazamiento, edad y funcionalidad. 

Las complicaciones más frecuentes son la consolidación viciosa (consolidación en mala posición), pseudoartrosis (falta de consolidación, ya que es un hueso que se encuentra en suspensión y sometido a tracciones, lo que no favorece la curación del hueso) y la parálisis o paresia del nervio radial, ya que discurre rodeando la diáfisis íntimamente relacionado con el hueso, lo que hace que al fracturarse pueda traccionar del nervio y lesionarlo. Esto último es my típico en un tipo de fractura denominada “fractura de Holstein-Lewis” que acontece en la zona baja de al diáfisis. 

Clasificación AO de las fracturas diafisarias de húmero.

La clasificación más utilizada es la de la Asociación de Osteosíntesis (AO), basada en el trazo de fractura y el grado de conminución. 

Las fracturas tipo A son fracturas simples: espiroideas por torsión y oblicuas o transversas por flexión. Son fracturas habitualmente estables dado que no existe conminución (múltiples trazos) en el foco de fractura. 

Las fracturas tipo B presentan un fragmento en cuña en el foco de fractura, con lo que son parcialmente inestables. 

Las fracturas tipo C son fracturas multifragmentarias con diversos trazos en el foco y muy inestables. 

Clínica. Dolor e impotencia funcional.

Los síntomas fundamentales son el dolor, deformidad e impotencia funcional, junto con edema y hematoma en el brazo.

El paciente presenta una posición antiálgica con el brazo pegado al cuerpo sujeto por la mano contralateral, con imposibilidad para la separación del brazo y rotaciones. 

Se debe realizar una exploración vasculonerviosa para descartar lesiones asociadas. 

Diagnóstico. Radiografía y TAC

 El diagnóstico es sencillo mediante la clínica y la realización de una radiografía simple. Se deben descartar lesiones asociadas neurovasculares, como la arteria humeral o nervio radial. 

En ocasiones precisaremos la realización de un TAC para mejor visualización de los fragmentos óseos, la toma de decisión y la planificación quirúrgica de la fractura. 

Tratamiento. Conservador o Quirúrgico pero siempre Fisioterapia intensiva!

El tratamiento fundamental es CONSERVADOR, mediante una férula en U o un yeso colgante de Cadwell durante de 2-4 semanas. Posteriormente se coloca una ortesis funcional cuando se inicia el callo óseo, completando un total de 8-10 semanas. 

En ocasiones, dependiendo del tipo de fractura, edad, funcionalidad, complicaciones asociadas… se planteará un TRATAMIENTO QUIRÚRGICO en el que reduciremos la fractura y la estabilizaremos con una placa atornillada o un clavo endomedular, específicamente diseñados para esas fracturas. Con la intervención quirúrgica podemos  acelerar el proceso de rehabilitación dado que la fractura ya está “sujeta” y el riesgo de desplazamiento es menor. 

 Es fundamental, operemos o no la fractura, realizar un PROTOCOLO DE FISIOTERAPIA Y READAPTACIÓN INTENSIVO para prevenir la rigidez articular y pérdida de la capacidad funcional del brazo. 

Debemos tener en cuenta que una complicación frecuente es la rigidez de codo y hombro, así como la amiotrofia. Por ello, debemos realizar un programa intensivo de rehabilitación. En el Centro Médico Synergia utilizamos una Protocolo de Recuperación Precoz de Fracturas de húmero, en el que combinamos la fisioterapia con la readaptación.

  • FISIOTERAPIA: combinamos diferentes técnicas avanzadas de fisioterapia como la punción seca, ondas de choque extracorpóreas, bomba diamagnética, Indiba Activ® o criopresoterapia Game Ready®. Todo ello, para reducir el dolor y la inflamación de diversas estructuras del brazo y recuperar el balance articular del hombro y codo que suele estar alterado.
 
  • READAPATACION: Una vez mejorado del dolor agudo deberemos iniciar un programa de readaptación y reacondicionamiento muscular mediante ejercicios isométricos, isotónicos y, especialmente, ejercicios excéntricos. Combinaremos con ejercicios de estiramiento, coordinación, equilibrio y propiocepción con programas individualizados y ayudados por sistemas de restricción de flujo (Mad Up®) que acelera de forma exponencial la recuperación.

Los traumatólogos de Osium Trauma y Synergia somos especialistas en osteosíntesis de fracturas y profesores de la Asociación de Osteosíntesis (AO). Además, contamos con un equipo especializado en Fisioterapia y Readaptación funcional que realizará un protocolo intensivo de rehabilitación para una recuperación precoz y completa.

¡Que nada te impida moverte!

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