¿Qué es la periostitis tibial o síndrome de estrés medial de la tibia?
La periostitis tibial, síndrome del estrés medial de tibia, síndrome de la férula o shin splint es la inflamación de una membrana que recubre el hueso y tiene una gran concentración de terminaciones sensitivas: el periostio. En términos coloquiales, podríamos decir que es “una forma de tendinitis o entesitis” pero que afecta a áreas donde el músculo no se inserta en el hueso mediante tendones, sino de forma directa. Es por ello, que muchos pacientes refieren que “les duele el hueso” cuando corren. Como resultado de la tensión continua y repetida, la unión del músculo en el periostio se inflama originando dolor, hipersensibilidad a la palpación y engrosamiento local.
Algunos autores han definido el síndrome de estrés medial de la tibia como una entidad que englobaría el conjunto de patologías que pueden dar lugar a dolor en la cara interna de la tibial durante la actividad deportiva como la periostitis tibial, fractura de estrés de tibia, síndrome compartimental crónico del ejercicio, hiperpronación del pie…
Es una patología relativamente frecuente en corredores de fondo (6-16%) y personas que realizan actividades con una carga mecánica repetida sobre la pierna y pie (bailarines, militares…), lo que origina un estrés mantenido sobre la cara anteromedial de la tibia dando lugar a la inflamación de la misma.
Se manifiesta por dolor invalidante en la espinilla durante la actividad deportiva que mejora con el reposo. Pueden afectarse ambas piernas de forma simultánea en el 50% de los casos.
Existen dos formas clínicas según el músculo implicado: la periostitis tibial anterior (más anterior y zona media de la tibia, debido a la tensión del músculo tibial anterior) y la periostitis tibial posterior (zona más distal e interna, por sobrecarga del músculo tibial posterior).

Causas de la periostitis tibial. ¡Revisa la biomecánica!
En general, está originado por un sobreesfuerzo continuado en el entrenamiento deportivo o por entrenamientos intensivos después de un periodo de descanso prolongado.
Los cambios de terreno (cuestas o terrenos irregulares) sobre los que se realice la actividad física (es típico cuando se pasa a terreno excesivamente duro o a terreno blando tipo arena de playa de forma rápida) o la sustitución de unas zapatillas desgastadas por otras nuevas sin una adaptación progresiva previa, también pueden precipitar la aparición de esta patología.
Por último, alteraciones biomecánicas como la excesiva rotación interna de la cadera, pisada en hiperpronación o desequilibrio muscular (sobre todo el tríceps sural) pueden desencadenar el dolor en la tibia.
Síntomas y diagnóstico de la periostitis tibial. ¡Doctor, me duele la espinilla cuando corro!
El síntoma típico de la periostitis tibial es el dolor en la tibia que aparece durante la actividad física como un leve dolor o quemazón que irá aumentando progresivamente a medida que se incrementa el esfuerzo. Si continúa la actividad se desarrollará una tensión muscular excesiva, lo que obligará a reducir o cesar el entrenamiento al sentir rigidez y calambres en la zona con el simple apoyo del pie en el suelo.
A la exploración, la palpación de la tibia muestra unos puntos muy dolorosos localizados, así como engrosamiento del periostio en ocasiones.
El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exploración física fundamentalmente. Los estudios de imagen como radiografías, ecografía o resonancia sirven, principalmente, para descartar otras patologías (fracturas por estrés, tumores, trombosis venosa…). La ecografía puede mostrar el engrosamiento del periostio en el área afectada y la resonancia magnética la inflamación del mismo y del músculo adyacente.
Es importante evaluar los factores desencadenantes de la periostitis tibial, ya que tiene una implicación fundamental en el tratamiento. Por ello, muchas veces es necesario la realización de un Estudio Biomecánico 3D de la marcha que realiza un mapeo de todos los músculos de la pierna durante la actividad deportiva para evaluar alteraciones en la dinámica muscular o de la pisada.

Tratamiento de la periostitis tibial o síndrome de estrés medial.
El tratamiento es evidentemente conservador, basado en la reducción de la actividad y la corrección de los factores desencadenantes, teniendo en cuenta que se estima un periodo mínimo de 3-6 semanas hasta que mejore la sintomatología durante la actividad.
- Reposo deportivo es fundamental para reducir el estrés tibial, que se combinará con la limitación de los movimientos favorecedores y las vibraciones mediante el uso de Kinesiotaping, vendajes o pantorrilleras semirrígidas.
- Hielo local sobre la zona dolorida durante unos 10-20 minutos después de la actividad deportiva.
- Estirar y calentar de forma adecuada en cada entrenamiento, se intentará bajar de peso y adecuar la actividad al nivel de condición física de cada uno para evitar recaídas.
- Estudio biomecánico 3D de la marcha: permitirá el diagnóstico adecuado de los factores favorecedores para orientar a la hora de adquirir el material deportivo adecuado (zapatillas) y la utilización o no de plantillas ortopédicas específicas.
- Fisioterapia para reducir la inflamación mediante electroterapia, TENS, ondas de choque, Indiba Activ®, bomba diamagnética…
- Readaptación deportiva: modificación de la técnica de carrera, fortalecimiento muscular, flexibilidad… todo ello mediante un programa de entrenamiento personalizado que permita la reprogramación muscular y potenciado con el entrenamiento bajo restricción de flujo (Mad Up®).


En Osium Trauma y Synergia hemos desarrollado la Unidad interdisciplinar de Traumatología Deportiva formada por médicos, fisioterapeutas, podólogos y readaptadores especializados en lesiones musculares y tendinosas ligadas al deporte. Esto nos permite un tratamiento integral en todas las fases de recuperación de una lesión muscular para una vuelta precoz a la actividad deportiva y sin riesgo de recaída.