RIZARTROSIS DEL PULGAR
¿Qué es la rizartrosis del pulgar?
La rizartrosis es la lesión degenerativa que afecta a la articulación trapeciometacarpiana del pulgar, la cual es la responsable de los movimientos de oposición y pinza, por lo que genera una incapacidad funcional importante para realizar actividades.
Es la segunda artrosis más frecuente de la mano después de los nódulos de Heberden y Bouchard, principalmente en mujeres mayores de 50 años o en trabajadores manuales que impliquen los movimientos repetidos de pinza. Otras potenciales causas de rizartrosis son las fracturas de Bennet y Rolando no tratadas adecuadamente o la presencia de enfermedades reumatológicas como la artritis reumatoide.

Síntomas y diagnóstico. Dolor en la base del pulgar al hacer la pinza!
Cursa también con inflamación y rigidez para los movimientos finos del pulgar.
Cuando progresa suele aparecer una deformidad en la base del pulgar como consecuencia de la subluxación del primer metacarpiano y una progresiva limitación para la apertura del pulgar ya que queda cerrada la primera comisura del dedo por la anquilosis progresiva, haciendo que el paciente deba hiperextender la articulación metacarpofalángica de forma compensadora para poder realizar la pinza. Todo esto conlleva una pérdida de fuerza para coger objetos o realizar tareas cotidianas.

A la exploración el paciente muestra dolor al realizar la pinza, así como a la palpación de la base e hiperextensión del pulgar. Las maniobras de provocación mediante compresión y rotación o flexoextension suelen ser dolorosas.
El diagnóstico se basa en la clínica y exploración física, pero puede confirmarse mediante una radiografía que muestra el grado de artrosis y la subluxación del metacarpiano.


Tratamiento. Terapias ecoguiadas y, si no mejora, intervención quirúrgica!
El tratamiento depende de la sintomatología, grado de artrosis y repercusión funcional. Debemos tener en cuenta que es frecuente la disociación clínico-radiológica de la artrosis, pudiendo ver artrosis severas muy funcionales que no precisen tratamiento y justo lo contrario.
- Si presenta artrosis leve pero es dolorosa, realizaremos terapias intervencionistas ecoguiadas con corticoanestésicos para desinflamar la articulación y eliminar el derrame.
- Si presenta grados moderados de artrosis, rigidez y dolor intentaremos retrasar la cirugía mediante la aplicación de ácido hialurónico y terapias biológicas de medicina regenerativa como el PRP, así como fisioterapia para mantener unos rangos de movilidad funcionales.
- Si la artrosis es severa y muy sintomática (dolor o rigidez) el único tratamiento eficaz la intervención quirúrgica que, en función de la edad y actividad, se realizará un tipo de intervención u otro.
El tratamiento fundamental se basará en analgésicos y antiinflamatorios, Fisioterapia y Técnicas Intervencionistas Ecoguiadas para reducir el dolor y retrasar la intervención y, en casos avanzados, la cirugía de la rizartrosis.
ANALGÉSICOS, MODIFICADORES DE LA ENFERMDAD Y ORTESIS INMOVILIZADORAS.
Utilizaremos en ocasiones antiinflamatorios o analgésicos para el tratamiento sintomático del dolor en brotes agudos.
Los suplementos alimenticios denominados modificadores de la enfermedad como colágeno, condroitina… pueden utilizarse de forma crónica con escasos efectos secundarios, pero su eficacia es muy limitada.
Las ortesis con extensión al primer dedo son my útiles para reducir el movimiento articular y mejorar el dolor.

FISIOTERAPIA Y READAPTACIÓN
Técnicas de fisioterapia como Indiba Activ®, bomba diamagnética o cinesiterapia permiten mantener un balance articular adecuado. Otras técnicas de fisioterapia como la parafina son útiles como tratamiento sintomático.
- TÉCNICAS INTERVENCIONISTAS ECOGUIADAS
Son muy eficaces en las primeras fases de tratamiento y en pacientes no subsidiarios a intervención quirúrgica.
- Terapias Biológicas de Medicina Regenerativa: basadas en el concepto de “autocuración”, la infiltración de plasma rico en plaquetas (PRP) es una terapia eficaz para revertir parcialmente las lesiones articulares y reducir la inflamación, permitiendo retrasar a intervención quirúrgica.
- Viscosuplementación con Ácido hialurónico: es una técnica de lubricación articular, como si inyectáramos “aceite” o “3 en 1” en una «bisagra oxidada”. A corto plazo actúa como lubricante, pero su aplicación de forma repetida mejora el microambiente articular y la nutrición del cartílago, por lo que se considera que a medio plazo tiene efecto curativo y regenerativo como los factores de crecimiento.
- Infiltraciones intraarticulares con corticoides: aconsejadas en fases agudas y cuando predomine la inflamación sinovial y el derrame articular. Son muy eficaces en todas las fases de artrosis pero se deben aplicar de forma ecoguiada para asegurar su inyección intraarticular, lo que mejora la eficacia y evita efectos secundarios como la despigmentación cutánea.

INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA
Cuando falla el tratamiento conservador y la artrosis es severa y dolorosa, el tratamiento más eficaz es la intervención quirúrgica.
Existen muchos tipos de intervenciones según edad, funcionalidad, estabilidad articular, grado de artrosis…
Las intervenciones quirúrgicas incluyen técnicas de tenosuspensión (se extirpa el trapecio y el espacio se rellena de un injerto tendinoso), artrodesis (fijación articular) o prótesis articulares. Estas últimas son las que presentan mejores resultados.

Los traumatólogos de Osium Trauma y Synergia somos especialistas en Terapias Invasivas Ecoguiadas. Además, contamos con un equipo especializado en Fisioterapia y Readaptación funcional para una recuperación precoz de la rizartrosis.