ROTURA DEL TENDÓN ROTULIANO
¿Qué es y cuáles son las causas?
La rotura del tendón rotuliano suele ser secundaria una lesión aguda producida por una contracción excéntrica brusca del tendón o, más raramente, por un traumatismo directo sobre el mismo. Es una lesión considerada muy grave, por la funcionalidad y por el tiempo de recuperación.
Es más común en personas de menos de 40 años (al igual que la tendinopatía del rotuliano) y que presentan cuadros previos de tendinosis o degeneración crónica del tendón. Existen factores de riesgo como el sobrepeso, deportes (de salto, carrera, contacto, levantamiento de pesos), musculatura hipertrofiada, enfermedades (como artritis reumatoide, colagenopatías o insuficiencia renal), el uso de anabolizantes o toma fármacos (corticoides o antibióticos como las quinolonas) que debilitan el tendón. En estos pacientes, puede producirse ante una contracción mínima del tendón y afectar de forma simultánea a las dos rodillas.
Es una lesión asociada a deportes que exigen contracciones poderosas del cuádriceps, como halterofilia, tenis, rugby o fútbol. Habitualmente se desencadena por una contracción excéntrica (contracción brusca del cuádriceps con la rodilla en flexión).

Sintomatología. Impotencia funcional completa!
La clínica típica consiste en un dolor agudo en cara anterior de la rodilla junto con un chasquido acompañante por desgarro del tendón o fractura del polo inferior de la rótula. Inmediatamente después, presenta una incapacidad funcional completa para caminar por déficit de la extensión de rodilla (por interrupción del aparato extensor o por intenso dolor).
Se acompaña de un ascenso de la rótula y la presencia del signo del hachazo a nivel infrarrotuliano.
¿Por qué cronifica la tendinitis del rotuliano?
Toda lesión a nivel tendinoso que se mantiene en el tiempo origina unos cambios en la estructura del mismo: engrosamiento, alteración de la microestructura, roturas, calcificaciones y neovascularización en un intento ineficaz de curación.
La estructura normal del tendón, formada por un ordenado tejido tendinoso de filamentos de colágeno tipo I, cambia a un tejido degenerado (tendinosis) de peor calidad y con peores características mecánicas, lo que perpetuará la lesión y la sintomatología dolorosa.
Además, se desarrollan cambios alrededor del tendón, donde se crean microvasos patológicos que se acompañan de fibras nerviosas causantes del dolor, denominado neovascularización tendinosa, que no permiten la curación y perpetúan los síntomas.
La visualización ecográfica de estos cambios en la estructura intratendinosa y peritendinosa es fundamental a la hora de dirigir el tratamiento ya que deberemos, por un lado, inducir la curación del tendón mediante terapias biológicas regenerativas y curativas (PRP, EPI®…) y, por otro, actuar a nivel peritendinoso esclerosando los neovasos con polidocanol y facilitando el deslizamiento del tendón con técnicas como inyección de colágeno, ácido hialurónico o hidrodilataciones peritendinosas.

Tratamiento. Cirugía y Readaptación!
El tratamiento fundamentalmente es quirúrgico, pero es aún más importante el tratamiento postoperatorio mediante Fisioterapia para recuperar la movilidad y Readaptación para recuperar la fuerza y el equilibrio.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Es necesario en prácticamente todos los pacientes y preferible en las primeras 48-72horas. Sólo en casos de roturas parciales en pacientes con muy baja demanda funcional se puede plantear un tratamiento conservador.
La cirugía consiste en la sutura del tendón termino-terminal en roturas alejadas de la rótula o, más frecuente, en la reinserción del tendón en la rótula mediante arpones óseos o túneles transóseos en roturas próximas a la rótula. En tendones degenerados puede precisar un refuerzo con injerto o sistemas de protección de la sutura como un cerclaje alámbrico.
A menudo se aplica en la zona de la sutura o reinserción del tendón Plasma Rico en Plaquetas (PRP) que acelera y mejora la cicatrización.
Los resultados suelen ser favorables, recuperando en la mayoría de los pacientes la actividad física que realizaban previamente. Los factores que condicionan peores resultados son retardo en la intervención, el daño crónico del tendón, la edad y la existencia de comorbilidades.
FISIOTERAPIA Y READAPTACIÓN
Es tanto o más importante un buen método de tratamiento postquirúrgico que la propia cirugía para obtener unos resultados excelentes.
En el postoperatorio inicial se inmoviliza con órtesis de rodilla o yeso en extensión durante 1-2 semanas y, posteriormente, se permitirá apoyar la pierna y movilidad paulatina aumentado los grados de flexión de forma progresiva hasta completarse a las 4-6 semanas.
Desde el inicio se realizará tratamiento fisioterápico para una recuperación más temprana del balance articular mediante diamagnetoterapia (que puede aplicarse incluso antes de retirar las grapas), Terapia Indiba Activ® y criopresoterapia Game Ready®. Se realizará cinesiterapia y movilidad pasiva.
Posteriormente, una vez ganado el balance articular, se iniciará la readaptación deportiva para potenciar la musculatura y ejercicios de propiocepción, coordinación y equilibrio hasta la vuelta a la actividad deportiva. El entrenamiento con restricción de flujo (sistema Mad up®) permite acelerar la recuperación gracias a que multiplica x3 el estrés muscular durante la actividad.
El proceso globalmente suele durar unos 6-7 meses hasta la reincorporación a la actividad deportiva.
Los traumatólogos de Osium Trauma y Synergia hemos desarrollado la Unidad Interdisciplinar del Tendón en la que trabajan conjuntamente médicos, fisioterapeutas y readaptadores con la tecnología más avanzada para lograr acelerar la recuperación y mejorar los resultados de las lesiones tendinosas.