SACROILEITIS Y PATOLOGÍA INFLAMATORIA
¿Qué es? Vigila enfermedades reumatológicas.
Las articulaciones sacroiliacas son aquellas que conectan el sacro (justo por debajo de la columna lumbar) con el hueso iliaco de la pelvis. Son articulaciones muy estables, con escaso movimiento que ayudan a la marcha dando flexibilidad a la pelvis y, junto con la sínfisis del pubis y la articulación sacrococcígea, a facilitar la salida del feto durante el parto.
Cuando esas articulaciones se inflaman, se denomina sacroileitis, que son responsables hasta del 25% del dolor lumbar bajo y glúteo. A la sacroileitis se le denomina “la gran simuladora” ya que el dolor se localiza en los glúteos pero puede referirse hasta la parte posterior del muslo y pierna simulando una ciática o hacia las ingles recordando a la artrosis de cadera. Es por ello, que es uno de los responsables de la falsa ciática.
Las causas de la sacroileitis pueden ser de origen mecánico, por desequilibrios biomecánicos de los ligamentos por microtraumatismos repetidos, obesidad, embarazo, patología lumbar o de cadera, debilidad musculatura abdominal, psoas o glúteos… o de origen inflamatorio, como en enfermedades reumáticas, típicamente la espondilitis anquilopoyética. Hay que incidir que el embrazo es una causa muy frecuente de sacroileitis debido al reblandecimiento de los ligamentos para ensanchar el canal del parto así como por la alteración de la estabilidad y debilidad de la musculatura de la columna. Por otra parte, en pacientes operados de columna vertebral en los que se han fijado (artrodesado) vértebras con tornillos y barras es muy frecuente el desarrollo de sacroileitis compensadora por la sobrecarga adicional a la que se ve sometida la articulación debido a la pérdida de movilidad de las últimas vértebras.

Síntomas. Sacroiliaca, la gran simuladora!
Como hemos dicho, la sacroileitis es la gran simuladora, pero típicamente va a producir dolor a nivel del glúteo, uni o bilateral. Presenta además, puntos gatillos dolorosos a nivel subglúteo con posible dolor referido hacia la parte posterior del muslo y pierna o incluso hacia la ingle.
El dolor se incrementa al caminar, correr, subir escaleras o permanecer de pie largos periodos de tiempo. Suele presentar rigidez y dolor matutino (al levantarse de la cama) que va mejorando con el movimiento posteriormente.

Diagnóstico. Siempre difícil, sospecha clínica y confirmación mediante bloqueo anestésico ecoguiado!
Los síntomas muchas veces se confunden con patología lumbar, contracturas musculares, síndrome del piramidal, coxartrosis, trocanteritis… por lo que la única confirmación diagnóstica clara podemos llevarla a cabo mediante una infiltración anestésica en la articulación sacroilica y ver la desaparición del dolor. Podemos realizarlo en consulta de forma sencilla pero se precisan conocimientos en ecografía y técnicas invasivas ecoguiadas para poder depositar el fármaco en la zona precisa, ya que la infiltración a ciegas por referencias anatómicas no alcanza el objetivo casi nunca.
Los síntomas son anodinos y las maniobras de exploración también lo son, como la maniobra de Gaenslen (flexión forzada de la cadera) y la de Patrick-Fabere (colocación en posición de 4 forzando la rotación externa) que pueden reproducir la sintomatología o no. Si está muy inflamada y rígida podemos evaluar mediante la maniobra de Patrick-Fabere que la rotación externa de la pierna se encuentra limitada, aunque también ocurre en artrosis de cadera.
La palpación de los puntos gatillo dolorosos con control ecográfico (ecopalpación) es especialmente útil incluso en pacientes con maniobras exploratorias normales.
Las pruebas complementarias como la radiografía simple, la resonancia magnética o el TAC no son útiles en la mayoría de los pacientes ya que suelen ser negativas a pesar de presentar dolor sacroiliaco. Sólo en casos avanzados podemos visualizar anquilosis radiográfica o edema óseo en resonancia magnética. Sirven para descartar patología lumbar o de cadera que presentan síntomas muy parecidos. La gammagrafía con isótopos radiactivos puede ser útil en casos incipientes pero es menos accesible y más cara.
En casos de sospecha de patología reumática, una analítica con los marcadores clásicos de inflamación (PCR, VSG, Factor Reuamtoide…) así como HLA-B27 pueden ser útiles para evaluar la causa de la inflamación y poder dirigir al reumatólogo.
Tratamiento. Terapias invasivas ecoguiadas y reeducación postural.
En general, el tratamiento se basará en 3 principios, desinflamar la articulación, recuperar la movilidad y solucionar la causa.
DESINFLAMAR LA ARTICULACIÓN:
Podemos utilizar medicación antiinflamatoria o analgésicos vía oral pero su eficacia es limitada. Las infiltraciones ecoguiadas con corticoanestésico es lo más eficaz para eliminar el dolor a nivel local y poder continuar con un programa de ejercicios de fisioterapia para recuperar la movilidad articular. En general, las técnicas invasivas ecoguiadas nos permiten una confirmación diagnóstica y descartan otras patologías que simulan los mismos síntomas, se pueden realizar fácilmente en consulta y el alivio es inmediato.
También son muy útiles las Terapias Biológicas de Medicina Regenerativa en casos refractarios, que consisten en extraer sangre del paciente y obtener plasma rico en plaquetas (PRP) que posteriormente inyectaremos en la articulación lesionada para ayudarla a desinflamar y regenerar tejidos dañados.
Además, si la eficacia de las infiltraciones es escasa o poco duradera, podemos realizar técnicas de radiofrecuencia ecoguiadas o guiadas por rayos X, que van a denervar (lesionar) los nervios generadores de dolor sacroiliaco y permitir un alivio mayor y más prolongado en el tiempo.

RECUPERAR LA MOVILIDAD:
La fisioterapia va a consistir en ejercicios de estiramiento de la columna lumbar, fortalecimiento de los músculos abdominales y ejercicios de estabilidad y equilibrio. Es especialmente importante en embarazadas la realización de un programa de ejercicios de suelo pélvico que permita fortalecer los músculos de la base de la pelvis y el core y prevenir el dolor lumbar y sacroiliaco.
TRATAR LA CAUSA:
Aquí ya es fundamental diferenciar entre causa mecánica o inflamatoria. Si la causa es inflamatoria de origen reumático, será el reumatólogo el encargado de completar el tratamiento a medio plazo para limitar o espaciar los brotes. Si la causa es mecánica debemos solucionar la patología que lo origina (por ejemplo, en caso de artrosis severa de cadera se implantará una prótesis) o en caso de desequilibrio muscular o de columna lumbar se debería tratar mediante readaptación de la lesión y recuperación del equilibrio del Core.
CIRUGÍA MÍNIMANTE INVASIVA
En casos refractarios con los tratamientos conservadores previos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica que fusione de forma mínimamente invasiva la articulación para que ceda el dolor. Es muy eficaz pero se utiliza de forma esxcepcional.
En Osium Trauma y Synergia realizamos un tratamiento integral en todas las fases terapéuticas gracias a que disponemos de Traumatólogos especializados en columna-pelvis y terapias ecoguiadas para reducir el dolor, Fisioterapeutas que eliminan las contracturas y Readaptadores que van a reequilibrar nuestro sistema muscular a nivel del Core. Además, contamos con reumatólogos para el estudio y tratamiento de las sacroileitis de origen reumático.