La Lumbalgia y la lumbociática son las dos principales molestias lumbares y la 2ª causa de consulta médica en atención primaria tras el resfriado común. Los especialistas señalan que el 80% de la población adulta ha sufrido uno o varios de estos ataques en algún momento de su vida y hasta el 70% de los jóvenes antes de cumplir los 16 años han experimentado, alguna vez, este dolor de espalda. Además, constituye la 3ª causa para la incapacidad temporal. En este post profundizamos en estas dolencias para explicaros las principales causas, síntomas y tratamientos de la lumbalgia y la ciática ¿Y tú, lo has sufrido alguna vez?
Definición
El lumbago es la forma coloquial de llamar a la lumbalgia. Es el dolor de la zona baja de la espalda (columna lumbar) situada entre las últimas costillas y la zona glútea. Está causado por alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral a ese nivel, como son, los ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras.
Aproximadamente, el 85% de la población va a sufrir este tipo de dolor en algún momento de su vida, siendo la inmensa mayoría de las veces de causa benigna. Hablamos de lumbalgia aguda si dura menos de 6 semanas y lumbalgia crónica cuando la duración del dolor es superior a este período.
Cuando el dolor sobrepasa la zona lumbar y llega hasta los miembros inferiores hablamos de dolor lumbar irradiado. Si el dolor se extiende desde la región lumbar hasta el talón o el pie, descendiendo por la parte posterior o lateral del muslo, lo llamamos lumbociática (o ciática a secas).
Su presencia sugiere lesión de las raíces nerviosas que salen de la columna lumbar y llevan la sensibilidad o las órdenes para contraer los músculos a los miembros inferiores a través del nervio ciático. Si el dolor no supera la región de la rodilla no debería hablarse de ciática y su causa no suele ser la lesión de las raíces nerviosas.
En general, este dolor lumbar y glúteo que no supera las rodillas se denomina “dolor referido” (distinto al “dolor irradiado” aunque muchas veces se suele confundir) y la causa fundamental es la inflamación de las articulaciones facetarias que constituyen la parte posterior de las vértebras, denominándose Síndrome Facetario Lumbar.
El mayor pico de incidencia se presenta entre los 20 y los 60 años, aunque se puede dar en pacientes tanto por encima como por debajo de esta edad.
Está demostrado que determinadas posturas reiterativas o algunas actividades deportivas y laborales pueden predisponen a padecer este síndrome. Igualmente, enfermedades de base como la obesidad, la hipertensión, la diabetes mellitus y malos hábitos como el tabaco o el alcohol pueden ser la causa desencadenante de este síndrome.
¿Cuáles son las principales causas y síntomas?
Las causas son múltiples y se pueden dividir en causas de origen mecánico y causas de origen inflamatorio.
- Las causas de origen mecánico son las más frecuentes y radican en alteraciones de la mecánica y estática de las estructuras que forman la columna lumbar. El dolor lumbar por causas mecánicas empeora al estar mucho tiempo de pie o cuando se mantienen posturas incorrectas de forma prolongada. Al tumbarse en la cama generalmente mejora o desaparece el dolor, principalmente al colocarse en “posición fetal” con las piernas y columna flexionada.
Cabe destacar las fracturas vertebrales osteoporóticas, que constituyen la fractura más frecuente del organismo y debutan como un dolor intenso lumbar (tras una pequeña caída o incluso al agacharse o coger un simple peso) que no mejora en las primeras 2-3 semanas y acontece en mayores de 50 años, principalmente mujeres.
- Las causas de origen inflamatorio tienen su origen en determinadas enfermedades que producen una inflamación de las estructuras que forman columna vertebral. La más conocida es la espondilitis anquilosante. El dolor lumbar inflamatorio aparece generalmente por la noche, de madrugada y despierta a la persona, obligándole a levantarse de la cama. La actividad diaria en lugar de empeorar el dolor, lo mejora y a veces lo hace desaparecer.
- Otras causas menos comunes son las infecciones, los tumores o el denominado dolor visceral (patologías de órganos de la cavidad abdominal como enfermedades renales, cólicos o aneurismas de la aorta abdominal…)
Los factores que agravan el lumbago son el sedentarismo excesivo o la falta de ejercicio, posturas inadecuadas, determinadas actividades laborales relacionadas con esfuerzo físico y la obesidad.
En la lumbociática, habitualmente producida por una hernia discal (es decir, por una parte del disco intervertebral que se desplaza y sobresale, comprimiendo al nervio que pasa a su lado), se suele producir un dolor agudo por la parte posterior del muslo y la pierna, acompañada a veces de sensación de hormigueo y a veces de falta de fuerza en la pierna dañada.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico es sencillo y se establece según las características del dolor y la exploración física. Si el dolor dura más de 3 semanas se suele realizar una radiografía de columna. Cuando el dolor es muy persistente a pesar del tratamiento realizado o si se sospecha alguna complicación de los nervios, puede estar justificado realizar pruebas complementarias más complejas, como una resonancia magnética.
Las alteraciones neurológicas mejoran en su gran mayoría mediante tratamiento analgésico y rehabilitador, pero su persistencia en el tiempo (más de 3 meses) o aumento en su gravedad (pérdida de fuerza progresiva) podrían indicar la necesidad de tratamiento quirúrgico. En el caso del desarrollo de un Síndrome de Cola de Caballo (compresión masiva de raíces nerviosas espinales incluyendo las raíces sacras), hay que operar de urgencia para evitar que la lesión neurológica se establezca. Este síndrome se caracteriza clásicamente por presentar anestesia en silla de montar y trastorno esfinteriano aunque a veces los síntomas al inicio no son tan floridos.
En cuanto al tratamiento quirúrgico, los avances han sido espectaculares. Hasta hace poco, muchos pacientes se sometían a cirugía abierta con un largo periodo de convalecencia. A día de hoy, con el uso de las técnicas de microcirugía o cirugía mínimamente invasiva (cirugías percutáneas, endoscopia de columna), se han reducido de una forma importante el periodo de recuperación. Se debe evaluar la técnica más adecuada según las características del paciente y la patología que presenta.
Algunos Consejos
- Mantener un adecuado peso corporal
- Contar con un colchón adecuado
- Tener una higiene postural correcta
- Usar un calzado apropiado
- No fumar
- Evitar situaciones de estrés o ansiedad
- Realizar ejercicio
- Fisioterapia
Si sufres de lumbalgias o lumbociáticas o cualquier otra dolencia de la columna vertebral pide tu consulta en Osium Trauma y te asesoraremos sobre el tratamiento que mejor se adapte a tu caso.